Se cumplen 15 meses de la puesta en marcha de la estrategia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que busca definir objetivos de desarrollo socioeconómico y metas realistas a largo plazo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo en cuenta los compromisos fijados en el Acuerdo de París y el propósito de contribuir a que el planeta no exceda los 1,5 grados centígrados.

La estrategia climática de largo plazo E2050 liderada por el mismo Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible es un instrumento de política de Estado para fortalecer la resiliencia climática de Colombia, construyendo un desarrollo carbono neutral y de alta adaptabilidad, gracias al apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo en Colombia AFD e implementado por Expertise France. Este gran programa busca fijar unas metas claras que permitan que los sectores económicos, productivos y de consumo del país se descarbonicen y transiten hacia modelos sostenibles. 

Esta estrategia nace del compromiso que adquirió el Gobierno de Colombia el año pasado de reducir al 51% las emisiones de gases efecto invernadero al 2030, teniendo en cuenta que el país solo emite el 0.46% del total de las emisiones globales, pero presenta un alto grado de vulnerabilidad por su ubicación geográfica y la poca capacidad de adaptación de los ecosistemas y las comunidades que habitan en ellos. Además, existen sectores que están emitiendo en importantes cantidades, Gases Efecto Invernadero como el sector forestal y otros usos del suelo con un 39%, el sector agropecuario con un 19%, el transporte 10% y las industrias de energía un 9%.

El instrumento a largo plazo de MinAmbiente resalta el objetivo de alcanzar la carbono neutralidad en Colombia, es decir, busca garantizar que las emisiones de carbono provenientes de las actividades humanas sean proporcionales a su capacidad de captura, siendo así, el poco carbono que se emite debe ser capturado o eliminado de la atmósfera, y mitigado por medio de acciones de descarbonización y transición hacia actividades más sostenibles.

La carbono neutralidad en Colombia está centrada en la gestión del riesgo y la resiliencia climática socio-ecológica. El MinAmbiente busca generar alianzas multisectoriales en las que se tracen metas claras para hacer de Colombia un país con una economía circular, una matriz energética diversificada, una infraestructura y movilidad sostenible, un sector agropecuario y forestal resiliente al cambio climático y en armonía con el medio ambiente, unas ciudades sostenibles e integradas a sus territorios, una gestión integral de la biodiversidad, del recurso hídrico y del riesgo asociado a los eventos climáticos extremos, incluyendo como eje transversal la equidad en salud y la multiculturalidad para la conservación y prevención. 

Los propósitos hacia una economía circular en el país se fraguan en la Estrategia Nacional de Economía Circular lanzada en el 2018. Esta tiene como base el principio de las 9R: Repensar, Reutilizar, Reparar, Restaurar, Remanufacturar, Reducir, Re-proponer, Reciclar y Recuperar, y busca incentivar a empresarios, consumidores y actores de la cadena de valor a generar modelos de negocio de aprovechamiento de residuos, para su gestión integral, el manejo eficiente de los materiales y el cambio de hábitos más sostenibles de los ciudadanos. Esta Estrategia de Economía Circular cobra gran importancia teniendo en cuenta que la vida útil de los rellenos sanitarios de 321 municipios de Colombia se acabará en 2023, de acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación.

Asimismo la economía circular aporta grandes beneficios al país como la reducción de la extracción de materias primas, el uso de fuentes de energía renovables, la reducción de residuos y emisiones, y la conservación y uso eficiente del agua. El MinAmbiente trabaja esta estrategia en coordinación con los ministerios de Comercio, Vivienda, Educación, Transporte, Minas y Agricultura, y con la vinculación de los gremios del sector productivo, más de 50 empresarios y el sector académico.

Colombia igualmente apuesta por una matriz energética diversificada. Actualmente se cuenta con la Ley 2099 de 2021 de Transición Energética la cual abre la posibilidad de financiamiento, incentivos y beneficios tributarios a proyectos relacionados con eficiencia energética. Esta Ley amplía la implementación de energía eólica y solar, y también le da paso a la inversión en energía geotérmica, al hidrógeno verde y al azul, los cuales se diferencian en que el primero usa energías renovables para su generación, mientras el segundo usa gas natural, ambos servirían para cubrir la demanda de energía cuando haya periodos sin luz solar y viento. Colombia como ecosistema diverso con su variedad de pisos térmicos tiene la posibilidad de aprovechar múltiples formas de obtener la energía, y la Ley 2099 apoya esa visión. 

La búsqueda por una infraestructura y movilidad sostenible y eficiente, terrestre, aérea, marítima y fluvial es apoyada por la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica y Sostenible que tiene como meta que el 100 % de los vehículos adquiridos para Sistemas de Transporte Masivo al 2035 sean eléctricos o con cero emisiones contaminantes. La Ley 1964 de 2019 también promueve el uso de vehículos de tecnologías limpias en Colombia con beneficios arancelarios, tributarios y de movilidad sin restricciones para quienes hagan uso de vehículos eléctricos e híbridos, y tiene como meta que las ciudades con sistemas masivos de transporte público deben tener 100% de su flota eléctrica para el 2035, y exige que el 30% de los vehículos que se compren o contraten, a partir de su sanción, deben ser eléctricos en los municipios categoría 1, con 700.001 hasta 2.000.000 habitantes, y los especiales, exceptuando a Tumaco y Buenaventura. 

Este modelo de transporte sostenible no solo reduciría significativamente las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) sino, prevenir enfermedades respiratorias causadas por el material particulado que emiten los medios de transporte como las infecciones respiratorias agudas, las isquemias del corazón con mortalidad del 13,9%, el cáncer de pulmón, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva (EPOC) y los accidentes cerebro-vascular con mortalidad del 17,6%. 

La Estrategia de MinAmbiente también habla sobre alcanzar un sector agropecuario y forestal próspero que maneje los territorios de manera eficiente y en armonía con el medioambiente. Actualmente la Política Nacional de Cambio Climático plantea unos puntos que hace referencia a este sector y resalta la importancia del uso eficiente de los recursos, la regeneración del suelo, la promoción de sistemas de producción agropecuaria adaptados a condiciones como altas temperaturas, sequías e inundaciones, la promoción de acciones integrales en finca: uso eficiente del suelo, conservación de las coberturas naturales, integración de ganadería baja en carbono, reducción de la deforestación, manejo forestal sostenible, y la capacidad de asistencia técnica y promoción de tecnologías y opciones de mitigación en los subsectores.

Asimismo la Estrategia de MinAmbiente busca que las ciudades sean sostenibles y articuladas a las necesidades de las regiones. El Gobierno Nacional adelanta un proyecto de Biodiverciudades para hacer territorios más resilientes al cambio climático e integrar y preservar la biodiversidad existente. Al igual que respondiendo a las necesidades vitales de alimentos, agua, energía, y a la gestión integral de residuos líquidos, sólidos, y gaseosos.

La adecuada Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (GIBSE) al igual que la del Recurso Hídrico también es un eje central de la Estrategia de MinAmbiente, como elementos fundamentales para la adaptación ante el cambio climático, y que requieren de acciones de conservación por la alta vulnerabilidad que presentan los ecosistemas. Por ejemplo ante la amenaza climática, los ecosistemas de alta montaña como bosques andinos, páramos,  glaciares  y  humedales,  las  zonas  secas  y  las áreas  marino-costeras  e  insulares,  son los  tipos  de ecosistemas más vulnerables del país (Ideam 2001). 

Por lo tanto, la gestión integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y los riesgos asociados a su vulnerabilidad, permiten una menor incidencia o severidad de los impactos económicos y humanos por la ocurrencia de eventos climáticos extremos (variables rápidas), así como también, por los cambios progresivos y absolutos observados en los territorios, a raíz de los cambios en las variables climáticas (variables lentas). Esto también busca mitigar los peligros ambientales asociados al cambio climático en materia de salud, al igual que incluir de manera transversal los saberes multiculturales para favorecer la conservación, la prevención y las acciones para la carbono-neutralidad.

La Estrategia Colombia Carbono Neutral promueve las capacidades del país para alcanzar los compromisos ambientales en materia de mitigación de GEI, teniendo en cuenta los compromisos adquiridos en la actualización de la Contribución Determinada a Nivel Nacional – NDC en diciembre de 2020 ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático CMNUCC.

Por ello, el Plan de implementación de la NDC se fragua en un nivel táctico y a mediano plazo, y tiene como ejes fundamentales, el financiamiento, la institucionalidad y la gestión territorial, sectorial y empresarial. Este último con el sector empresarial es en donde se integra la Estrategia Colombia Carbono Neutral a corto plazo y con un nivel operativo.

La Estrategia Colombia Carbono Neutral, está compuesta por tres bloques de trabajo:

SINA Carbono Neutral: busca desarrollar las acciones para la gestión de las emisiones de GEI de las entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA) Central para ser un modelo de gestión para las demás entidades sectoriales de gobierno. 

Gestión individual de la huella de carbono: busca establecer mecanismos para que todo colombiano pueda cuantificar sus emisiones de gases efecto invernadero, conocer el impacto de estas y realizar acciones para su mitigación. 

Programa Nacional de Carbono Neutralidad: el es programa de la estrategia a corto plazo en el que hacen mayor énfasis y lleva en implementación desde abril de 2021. Actualmente hacen parte más de 150 empresas, buscando impulsar los compromisos del sector privado hacia modelos de producción libres de carbono.

Las empresas participantes en el programa reciben orientación en el cálculo de su huella de carbono, al igual que para la definición del plan de gestión de la huella y de la meta de carbono neutralidad, y para el aprovechamiento de incentivos tributarios por reducción de GEI. La segunda convocatoria del programa fue lanzada el 20 de septiembre y tendrá un plazo de inscripción hasta el 22 de octubre.

El camino hacia la carbono neutralidad, como fue repasado en esta nota, requiere de muchos actores, y el Ministerio de Ambiente busca integrarlos para alcanzar el bienestar general del país y sus ecosistemas y biodiversidad asociada, teniendo en cuenta los desafíos inminentes del cambio climático, el reto más grande de la humanidad y al que Colombia debe afrontar de manera resiliente y estratégica aprovechando la diversidad cultural y ecosistémica que posee; por medio de una adecuada gestión de los recursos y la transición a modelos más sostenibles, con la integración de los territorios y la acción multisectorial y pensando en las necesidades de los ciudadanos en materia de salud, alimentación, energía, transporte y consumo en general.

Artículo escrito por Brianda Jiménez Bolívar